Se dice
que los funcionarios públicos están para servir al pueblo y no para servirse de
ellos, pero como se ha evidenciado a lo largo de nuestra historia republicana
esto no ha sido así, llegando a la situación en la que hoy en día nos encontramos,
con ex presidentes y ministros, alcaldes y demás funcionarios siendo
investigados, en varios casos sentenciados por el delito de corrupción; a pesar
de que los salarios más altos en el Perú están en el sector público, sin
embargo la ambición de querer más hace que se aprovechen de sus cargos para
cometer irregularidades.
En el
Perú el presidente del Banco Central de Reserva tiene un salario de mensual de
S/ 41,600 al igual que el superintendente de la SBS, mientras que los
presidentes de otras Superintendencias y entidades públicas están alrededor de
S/15,000, así como también los Congresistas de la República. Por otro lado
dentro del Poder Ejecutivo el Presidente de la República mensualmente percibe
S/15,500 y sus ministros S/30,000, mientras que a nivel regional los Gobernadores
perciben alrededor de S/14,000 y en el caso de los alcaldes hay una situación
que ha generado debate, debido a la intención por parte del Ejecutivo de incrementar
el salario a raíz de las quejas de algunas autoridades municipales.
Pero,
¿será que no es suficiente lo que hoy los alcaldes ganan?, lo cierto es que los
alcaldes en el Perú tienen un salario en función a la población bajo su jurisdicción
y no en función al presupuesto, es así como en distritos de mayores ingresos, sus alcaldes obtienen
bajos salarios, siendo el caso del distrito cuzqueño de Megantoni (distrito más
rico) que tiene ingresos de S/264 millones con una población de 8,365 y el
salario del alcalde solo es de S/2,340, mientras que Ate en Lima tiene ingresos
de S/255 millones con una población de 645,803 y el salario del alcalde es de
S/9,750.
Este
caso muestra la inequidad de los salarios para puestos iguales (alcalde distritales),
lo que invita a que la corrupción ronde y se instale en esos distritos que
tienen grandes ingresos pero con sueldos bajos para sus funcionarios, ya que esto
hace poco atractivo ocupar un cargo público y los que lo ocupan, buscan generar
ingresos ilícitos adicionales, lo que explica además el nivel de pobreza de
estos lugares; pero a pesar que en donde los sueldos son grandes, eso tampoco los
libera de la corrupción, ya que es común ver como se sobrevalora una obra o como
pagan favores nombrando a funcionarios que no están capacitados para el cargo, lo
que hace que al ejercicio de sus funciones los beneficiados solo sean ellos y
no la población.
Entonces
el tema va más allá de solo aumentar o no el salario a un alcalde, sino que el
alcalde verdaderamente quiera servir al pueblo que lo eligió, porque de nada vale
que ganen S/10,000 o S/20,000 si la situación va continuar tal como está, más
bien se abonaría más dinero a la corrupción. Un mayor salario hace más atractivo
un puesto de trabajo, pero el trabajo de alcalde o de otro funcionario público no
es un simple trabajo, sino es una gran responsabilidad que más allá de la
preparación profesional, el cual es importante así también como las ganas de servir y trabajar por los fines
comunes que persigue la sociedad y el país (crecimiento y desarrollo), trabajo
por el cual deberían ser bien remunerados pero que por el momento un aumentó no
provocaría los efectos positivos que se espera, si antes no nos liberamos de la
corrupción y del centralismo.
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