Ha pasado ya más de una semana desde la primera rotura de una tubería matriz de desagüe que causó el aniego en el distrito de San Juan de Lurigancho, afectando no solamente a las casi 2500 familias que viven cerca del origen del aniego, sino también al distrito en su totalidad debido a la restricción del servicio de agua potable. A cerca del origen de este desastre, un informe emitido por Sedapal ha llamado la atención de la población, ya que en el se indica que la tubería que originó la inundación habría sido colocada como parte de las obras de la línea 1 del Metro de Lima y que además la misma tendría un tiempo de vida útil de 80 años, colapsando en apenas 5 años desde su instalación; señalando a Proinversión como el principal responsable de este desastre, ya que esta entidad fue la que recepcionó esta importante obra.
Esta información mencionada líneas arriba hace que uno se pregunte sobre la calidad de esta obra, yendo más allá y mirando un panorama más general, sobre la calidad de la inversión pública en el país y si el aumento de esta en los últimos años representa realmente beneficiosa y no un aumento de gasto público futuro en reparaciones o incluso en reconstrucciones. Analizando teoricamente esta cuestión, se puede establecer que un incremento de la inversión pública es favorable para la economía, ya que su conocido efecto multiplicador hace que exista crecimiento económico; si uno obseva la economía peruana, en efecto, el incremento de la inversión ha contribuido al incremento de factores clave como el consumo y el empleo para el crecimiento económico mostrado en los últimos años; todo esto a través de la dinamización de sectores como el de la construcción.
Dicho esto, el problema aparece en el efecto temporal de estos beneficios, ya que si bien para la economía peruana los beneficios mencionados con anterioridad que son de corto plazo parecen realizarse, los supuestos beneficios a largo plazo en muchos casos no son tangibles e inclusive estos pueden transformarse en pérdidas. Pero, ¿De qué depende la materialización de estos beneficios de la inversión a largo plazo?, la respuesta a esta pregunta se encuentra en la eficiencia de la inversión pública; lo cual se traduce en la calidad de cada uno de los proyectos que cada año se ejecutan, calidad que como se puede ver, deja mucho que desear en el país.
Si bien la inversión pública en el Perú es necesaria para acortar las diferentes brechas que el país aún sostiene y por los beneficios que ella trae, hace falta mirar más al largo plazo gestionando proyectos de mayor calidad, es decir proyectos con un horizonte de duración bien definido y que garanticen cumplir con el fin de los mismos; para esto hace falta una mayor regulación de todas las etapas del proceso de inversión pública en el país y que la misma sea aplicada empezando desde las unidades de gobiernos básicas como las municipalidades hasta el gobierno nacional. Para terminar, se puede decir que la competitividad no solo parte de cada individuo, sino que la misma debe estar sostenida también en la competitividad del gobierno, que a su vez se traduce en la eficiencia de cada proyecto de inversión pública ejecutado.
SAÚL PÉREZ GUILLEN
Coordinador de Estudios Económicos
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