Antes de la renuncia del entonces
presidente de la Republica Pedro Pablo Kuczynski en marzo del 2018, se decretó
el aumento de la remuneración mínima vital (RMV) en S/ 80 lo que significó que
la RMV pasaría de S/ 850 a S/ 930, hecho que trajo posiciones distintas entre los
analistas pero que fue bien recibido por la población económicamente activa
ocupada, en un empleo formal claro está, pero que a la vez trajo incertidumbre
en que también se pueda incrementar los índices de precios al consumo (IPC).
Ocho meses después de puesta en
vigencia este decreto, el IPC ha tenido variaciones mínimas pero crecientes, llegando
a noviembre con una variación porcentual acumulada de 2.01%, mientras que por otro
lado la informalidad al primer semestre del 2018 creció 5.1%, alcanzando al 73%
de la fuerza laboral, lo que ha significado el debilitamiento del empleo formal
acentuando a la informalidad laboral como uno de los grandes problemas
estructurales de la emergente economía peruana.
Entonces, este aumento del salario
mínimo si ha repercutido en la dinámica de la economía peruana, ya que este
aumento si bien favoreció a los trabajadores formales, también elevó los costos
de la formalización y se convirtió en un potencial factor de este aumento de la
informalidad, por lo que para revertir esta situación será crucial un
mejoramiento en el proceso de los tramites y en los beneficios que reciben los
contribuyentes, ya que muchos no se formalizan porque que ven que sus aportes
al Estado, por medio de los diferentes impuestos pagados, no son bien retribuidos en bienes y servicios
que necesitan.
A pesar del incremento de la RMV
a S/ 930, lo que equivaldría aproximadamente $ 288, este salario sigue siendo
uno de los más bajos de América del Sur, superando únicamente a Colombia ($ 262)
y Venezuela ($ 37), mientras que el salario más alto lo tiene Uruguay ($ 431),
en tanto a nivel de Latinoamérica Panamá tiene el mayor salario, el cual llega
a los $ 721. En América Latina existen notorias brechas salariales, como por
ejemplo la brecha salarial de género que es del 17%, ya que aún las empresas pagan más a los varones que a las mujeres,
pero que se estima que para el año 2025 la representación laboral femenina
llegue al 49%.
Desde la recuperación económica del
Perú y crecimiento sostenido en la
primera década del 2000, la RMV pasó de
S/ 410 en el año 2000, S/ 580 en el 2010, S/ 675 en el 2011, S/ 750 en el 2012,
S/ 850 en el 2016 a S/ 930 en el 2018; lo que significa un crecimiento de la
RMV del 126.8 % en los últimos 18 años, pero que ante la desaceleración del crecimiento
de la economía y el aumento del IPC, han
hecho que la población sienta la vida más cara lo que se evidencia en la
disminución del salario real del 0.7% en el 2017 siendo igual 297, cifra que
aumentó en abril del 2018 a 323.1, cayendo hasta 319.4 en octubre.
Por tanto- ¿qué pasaría si la RMV
sigue aumentando en nuestro país? Un nuevo aumento no sería factible si no se
crece como economía, entonces será fundamental primero construir las bases para
que un nuevo aumento no genere efectos negativos en el fondo, por tanto se debe
impulsar la formalización de las empresas y por tanto de la producción, porque si
no se dará el mismo efecto de ahora en donde más bien alienta la informalidad,
por tanto no se traduciría en una mejora significativa en el mercado laboral
aunque si afectaría en las micros y pequeñas empresas con remuneraciones bajas.
Entonces un aumento de la RMV debería ir acompañado de políticas de impulso de
la formalización haciendo que las empresas crezcan y no se vayan o queden en el
plano informal.
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