Tras
unas elecciones a todas luces fraudulentas, donde menos de la mitad del
electorado venezolano acudió a las urnas, Maduro fue reelecto por 6 años más en
el poder y tomó juramento el pasado 10 de enero en medio de protestas y
fallidas sublevaciones de reducidos grupos militares y además el rechazo de varios
gobiernos y organizaciones internacionales que desconocieron la legitimidad de
Maduro, agudizando aún más la crisis económica, política y social de este país,
que ha llegado afectar a varios países latinoamericanos debido a la masiva
migración, generando rechazo hacia los migrantes venezolanos en muchos sectores
de la población local, surgiendo una ola de xenofobia.
El
Perú es uno de los países que ha recibido una gran cantidad de migrantes venezolanos,
superando los 600 mil venezolanos en nuestro país; situación similar vivida en
países como Colombia y Ecuador, que ha generado que en muchos lugares la
situación se desborde, principalmente en las zonas fronterizas. Además la
xenofobia que muchos sufren, en parte es el resultado por las malas personas que cometen delitos en tierras ajenas, lo que
ha llevado alimentar la xenofobia hacia todos los venezolanos por culpa de unos
pocos, exigiendo que regresen a su país, aunque eso está lejos de suceder si la
situación en Venezuela no mejora, siendo la única salida directa al problema un
cambio en el poder.
Es
por eso que luego de tantos intentos en derrotar el régimen del Nicolás Maduro,
una leve esperanza aborda a los millones de venezolanos que quieren la libertad
de su país de manos de la dictadura, tras la autoproclamación del Presidente de
la Asamblea Nacional, Juan Guaidó como Presidente encargado de la República
Bolivariana de Venezuela, quién a pesar de su juventud (35 años) ha sabido
tomar la posta y liderar el bloque de oposición que se ha visto menguado y
reprimido en muchas ocasiones por el gobierno de Maduro, quién practica una
verdadera persecución política voraz hacia sus opositores; no como nos querían
hacer creer ciertos políticos que decían que en el Perú existe una dictadura y una
persecución política.
Este
nuevo panorama ha generado una división internacional, entre quienes reconocen
a Guaidó como el Presidente de Venezuela y quienes reconocen a Maduro, lo que
ha provocado por ejemplo la ruptura de las relaciones diplomática y políticas entre
Venezuela y Estados Unidos declarada por parte de la dictadura, aumentando la
tensión entre estos dos países y los que respaldan a Maduro, quien es apoyado principalmente
por países como China y Rusia. Mientras organizaciones internacionales como la
OEA y la Unión Europea se han mostrado a favor de Guaidó.
Tal
vez la rivalidad y oposición que ha
mostrado Estados Unidos en contra del
gobierno de Venezuela autoproclamado nacionalista y antimperialista, tenga
razones ocultas que vayan más allá de la supuesta búsqueda de la paz y defensa
de la democracia, sino se trate de una forma de llegar a obtener los recursos
petrolíferos que tiene Venezuela, hecho que no sería descabellado pensar debido
a los antecedentes del país norteamericano, quienes han dicho que intervendrán si Maduro reprime con más violencia las movilizaciones en contra del régimen; por lo pronto los países que dependen
económicamente de ellos toman la misma postura,desconociendo a Maduro como presidente, como Perú, Colombia, Brasil, Argentina, Chile y algunos países centroamericanos.
Pero
también esta situación se debe a que Maduro no ha sabido conducir y sostener su gobierno bajo las bases ideológicas que instauró el Chavismo, opacándolas por errores políticos y malas decisiones, que lo
han llevado a la crisis de su gobierno que
solo está siendo sostenida por el apoyo de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana y de sus altos mandos, de quienes se espera en algún momento
cambien de postura y se unan a la oposición. De suceder ello y remover a Maduro del poder, el panorama no cambiará
de la noche a la mañana, pero si reforzaría la esperanza y la ilusión de prosperidad
de millones de venezolanos que
abandonaron su patria, cumplan sus deseos de poder retornar a su país, lo que restauraría el
orden demográfico y social en el Perú por ejemplo, en donde nuestra generosidad
está al límite ante la inacción del gobierno peruano en el control de migraciones.
No comments:
Post a Comment