La actual situación, que atravesamos por la pandemia del COVID-19, ha causado fuertes impactos económicos y sociales que provocaron problemas de desigualdad entre ricos y pobres, porque quienes más tienen han podido preservar sus empleos y realizar trabajos a distancia, mientras que las personas de bajos recursos perdieron sus principales fuentes de ingreso drásticamente.
Los demócratas del Senado de Washington, evalúan incluir un nuevo impuesto anual sobre las ganancias de capital no realizadas de los multimillonarios, con la finalidad de ayudar a pagar el extenso paquete de política social y clima, que esperan finalizar esta semana. Yanet Yellen, indica que la recaudación de estos impuestos, también, ayudaría a obtener ganancias de capital. Algunos grupos ya se han mostrado en desacuerdo, y al parecer se resistirán a estos cambios.
Sin embargo, es difícil presionar a los ricos para que paguen sus impuestos, ya que las administraciones tributarias son demasiado débiles. Por ello, los gobiernos deben ser capaces de persuadirlos de que los impuestos progresivos sus intereses y proporcionarán importantes beneficios.