Tras
unas elecciones a todas luces fraudulentas, donde menos de la mitad del
electorado venezolano acudió a las urnas, Maduro fue reelecto por 6 años más en
el poder y tomó juramento el pasado 10 de enero en medio de protestas y
fallidas sublevaciones de reducidos grupos militares y además el rechazo de varios
gobiernos y organizaciones internacionales que desconocieron la legitimidad de
Maduro, agudizando aún más la crisis económica, política y social de este país,
que ha llegado afectar a varios países latinoamericanos debido a la masiva
migración, generando rechazo hacia los migrantes venezolanos en muchos sectores
de la población local, surgiendo una ola de xenofobia.