El agua es el líquido más importante del planeta Tierra, ocupando el 71% de la superficie de la corteza terrestre siendo la principal fuente de vida, y ¿por qué no? decir que es uno de las principales insumos usados en la producción de los sectores de una economía, como por ejemplo en la agricultura, donde este elemento es vital para el desarrollo de la actividad agrícola, el cual muchas veces se ve afectada por fenómenos naturales o el cambio climático a raíz del calentamiento global que afectan la producción debido en muchos casos a la escasez de agua.
Según el Banco Mundial el 70% del agua que se extrae en el mundo es usado en la agricultura y la FAO (Food and Agriculture Organization) estima que para el año 2030 el agua destinada al riego aumentara en 14%. Existen 330 millones de hectáreas con instalaciones de riego, los cuales representan el 20% de la superficie cultivada, aportando el 40 % de la producción total de alimentos a nivel mundial.
Debido al deshielo de nevados y glaciares por el calentamiento global, y cambios climatológicos atípicos están afectando el ciclo del agua, generando la disminución de la cantidad de agua utilizable y por tanto, escasez de agua que en algunos lugares del mundo y de nuestro país ya se están evidenciando, situación que se proyecta a agravarse en los próximos años lo que limitara la producción de alimentos.
En el 2050 se proyecta que la población mundial superará los 10,000 millones de habitantes lo que generará la expansión de las zonas urbanas, efecto que hace años se vivé en el Perú pero con consecuencias poco alentadoras, ya que la expansión urbana en el Perú no han sido ni son planificadas, generando sobrepoblación, desorden y desabastecimiento de agua y lo que es peor aún la insensibilidad de las personas que han convertido los ríos que abastecen a los campos agrícolas y a las ciudades, en botaderos de basura. Donde antes se encontraban peces y camarones, hoy solo desperdicios.
Ante esta situación será fundamental la mejora en la utilización del agua en las ciudades y en la agricultura, en donde el apoyo del Estado se note, planificando y ejecutando normas y obras que impulsen el desarrollo de la pequeña y mediana agricultura; en ese sentido el Ministerio de Agricultura y Riego a través del Programa Agro Rural culminó 26 proyectos de riego en 9 regiones del Perú, logrando ampliar 1,985 hectáreas, con la finalidad de mejorar la eficiencia del uso del agua en el sistema hídrico local, mostrandonos que si se están tomando acciones pero que aún no son suficientes.
Y como la agricultura y los administradores del agua en el sector, no podían estar excluidos de la corrupción, entonces no solo bastará con hacer canales, reservorios o sistemas de riego tecnificado, sino que será necesaria la rigorosa supervisión y fiscalización en las desde las máximas autoridades estatales hasta las irrigaciones y junta de regantes para erradicar y evitar los malos manejos que se den o se puedan dar, porque suficiente problema es la escasez de agua que para sostener uno más.
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